Pero cabe afirmar de manera tajante que es tan importante buscar nuevos clientes como “retenerlos”, y que en marketing lo conocemos con el término "fidelizar".
La fidelización es el fenómeno por el que un público determinado permanece fiel a la compra de un producto concreto de una marca concreta, de una forma continua o periódica. Esta lealtad se basa en convertir cada venta en el comienzo de la siguiente, consiguiendo una relación estable y duradera con los usuarios finales de los productos que vende. En este sentido, Santiago Rodríguez, en su libro Creatividad en Marketing Directo, establece que "un proceso de fidelización es como una navaja suiza, que al abrirla muestra tres "C": captar, convencer y conservar". Debo discrepar del profesor Rodríguez en cuanto que la captación y el convencimiento ya están hechos en un cliente que nos ha comprado con experiencia positiva. Lo más importante, y la única C que define a la fidelización, desde mi punto de vista, es la conservación.
Por tanto, ¿es igual fidelizar que retener al cliente? Evidentemente no. Reterner es tratar de captar al cliente ante un acto de insatisfacción del mismo (no está captado ni convencido). La fidelización va más allá: al cliente satisfecho se le debe conservar, se le debe cuidar para que efectúe nuevas adquisiciones de productos o servicios.
Por otro lado ¿es mejor atraer nuevos clientes o fidelizar a los que ya tenemos? Atraer a nuevos clientes, como bien sabemos, supone un gran esfuerzo. Además, la dimensión futura de un negocio viene determinada no sólo por el número de clientes nuevos, sino también por la vida media de los clientes actuales. Y es en este último punto en lo que fallan muchas empresas.
De esta forma debemos tener claro que crecer no es sólo una cuestión de obtener muchos nuevos clientes, también implica fidelizar a los existentes. Ahora bien, ¿cómo fidelizamos al cliente?
En primer lugar debemos comunicarnos con él con más frecuencia. Pero esto no significa constantemente. Aún recuerdo empresas cuya política de fidelización es la de "bombardear" literalmente al suscriptor a través del email marketing. Y esa no es la solución.
Se han escrito multitud de artículos relativos a las recomendaciones para fidelizar al cliente. Aquí os adjunto algunas:
- Personalicemos nuestra comunicación con el cliente. Todo el mundo quiere sentirse especial, pues todos tenemos la necesidad del reconocimiento. En este sentido, personalizar, por ejemplo, los correos electrónicos dirigidos a los clientes muestran deferencia y atención, incluso cuando no estemos tratando de vender algo.
- Seamos transparentes. En este nuevo marco comunicativo, en el que el cliente toma la palabra y dialoga directamente con la marca y con otros consumidores, debemos informar al cliente sobre nuestro proyecto o producto sin dobleces, y tratando de resolver todos los problemas a tiempo.
- Personalicemos ofertas. Una técnica muy eficaz es la de personalizar ofertas a través de las redes sociales. La personalizacion de ofertas permite llegar directaemnte a la emoción del cliente, a sus sentidos. Ellos perciben que son únicos y estrechas sus lazos de unión con nuestra marca. En otras palabras: "se fidelizan".
Os adjunto un divertido vídeo del divorcio entre la marca y su cliente. ¿Os parece que esa ha sido la actitud de las empresas con su customer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario